Salmo 125.1
Los que confían en Jehová son como el monte de Sion,Que no se mueve, sino que permanece para siempre.
La fe auténtica forja un carácter firme, la fe es símbolo de seguridad, En la galería de arte de Manchester puede verse un famoso cuadro de Briton Riviere, intitulado “In Manus Tuas, Domine”, acerca del cual el artista dijo: “Si mi cuadro no lleva una lección para la época presente, sean cuales fueren nuestras dudas y temores, diré que he fracasado.” El cuadro habla del triunfo de la fe. Representa a un joven caballero revestido de su armadura, montado en un caballo blanco, cuya cabeza inclinada, nariz temblorosa y miembros trémulos denotan un intenso terror. Al pie del cuadro se ven tres perros de caza que también miran con terror hacia adelante, donde se extiende el desierto con sus peligros y terrores desconocidos. El caballero siente temor como los brutos que lo acompañan; pero hay en él algo que lo eleva sobre ellos y sobre su miedo: es la fe. Levantando su espada, dice: “En tus manos, Señor”, y prosigue su camino. Por la fe domina su temor, y dice: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré ningún mal.
Dios probó a Abraham, no para hacerlo tropezar y caer, sino para incrementar la capacidad de Abraham de confiar en Dios , y así desarrollar su carácter. De la misma manera que el fuego refina al mineral para extraer metales preciosos, Dios nos refina por medio de circunstancias difíciles. Cuando somos probados nos podemos quejar, o podemos tratar de ver cómo Dios nos está forzando para forjar nuestro carácter. El desierto de Sin era un ambiente vasto y hostil de arena y piedra. Su esterilidad proporcionaba un lugar perfecto para que Dios probara y moldeara el carácter de su pueblo.Para los cristianos del primer siglo, el sufrimiento era la regla más que la excepción. Pablo nos dice que en el futuro vamos a triunfar, pero por ahora tenemos que luchar. Esto significa que experimentaremos dificultades que nos ayudarán a crecer. Nos regocijamos en las tribulaciones, no porque nos guste el dolor que nos causan, sino porque sabemos que Dios usa las dificultades de la vida y los ataques de Satanás para edificar nuestro carácter. Los problemas que encontramos acrecientan nuestra paciencia, la que a su vez fortalece nuestro carácter, profundiza nuestra confianza en Dios y nos da gran seguridad acerca del futuro. Gracias a Dios por estas oportunidades de crecer y por permitirnos enfrentarlas con su fortaleza.A fin de cuentas las palabras no valen mucho. Solamente podemos afirmar el cristianismo al confrontar a los que nos rodean con evidencias innegables del carácter cristiano.
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