Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Con estas palabras Cristo esta diciendo “La persona que recibe mi doctrina, y cree en mí como el gran sacrificio de expiación, será satisfecha perfectamente, y nunca más sentirá miseria en su mente. Toda la culpabilidad de sus pecados será borrada, y su alma será purificada; podrá amar a Dios con todo el corazón, él reposara, completamente, y felizmente, en su Dios”.
Cristo es el maná, es la persona que vino del cielo y dio su vida por el mundo para que podamos tener vida. La salvación. El es el pan del que debemos alimentarnos constantemente de modo que crezcamos espiritualmente, el maná era alimento de milagro para satisfacer las necesidades físicas, cristo es el pan que satisface las necesidades espirituales.
Ahora Jesús indicó la verdad simplemente y claramente. Él es el pan de la vida. Los que vienen a él encuentran bastante en él como para satisfacer su hambre espiritual por siempre. Los que creen en él encuentran su sed apagada por siempre. En Cristo tenemos todas nuestras necesidades cubiertas.
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