Salmo 103
Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca. De modo que te rejuvenezcas como el águila.
En este salmo, el Salmista está haciendo un resumen de su larga y penosa vida, durante su juventud había sido pastor de ovejas, palabra que parece romántica para nosotros , pero el oficio era difícil, y peligroso, después se enrola de soldado en el ejército de Saúl. Algo más difícil y peligroso todavía, posteriormente se convierte en fugitivo de la ley, viviendo en cuevas durante seis años. Ahora David se está dirigiendo así mismo y poniendo sus experiencias delante de si mismo. Al hacer este resumen de toda su vida, el se da cuenta de dos cosas.
- Dios siempre había estado con el, de una forma u otra
- No todo había sido un fracaso, Dios lo había bendecido
DAVID ENCUENTRA QUE SU VIDA ES UN RECITAL DE BENDICIONES, se da cuenta de la misericordia de Dios cuando había pecado. Sus pecados habían sido:
- muchos
- variados
- grabes
- todas sus relaciones durante toda su vida estaban viciadas con el pecado
David se da cuenta de la restauración divina en su vida. Dios lo había liberado de las debilidades diarias y el cansancio. De las dolencias y achaques que todos podemos padecer. Dios lo había librado del peligro de morir.David encuentra los favores de Dios durante toda su vida .todas esas cosas que hacen la vida hermosa y que provienen de Dios. La excelencia del amor humano, el confort de un hogar donde vivir.Dios lo había satisfecho con buenas cosas, de tal modo que el podía sentir el vigor de la juventud.
Pareciera que es imposible olvidar, especialmente cuando la persona es devota. Sin embargo es completamente posible para nosotros .Cuando somos sensibles a nuestra propia seguridad y confort y perdemos de vista, la acción de la providencia divina en nuestra vida.Cuando estamos muy ocupados en nuestros propios cuidados y placeres, o con nuestro futuro. Cuando llegamos a pensar que podemos vivir sin la ayuda de Dios como Israel Deuteronomio 6.12 y 8:11-18.
Nosotros debemos resistir y conquistar la ingratitud y el olvido. Hay veces que somos propensos a olvidar las misericordias de Dios. Cuando son recibidas en común con otras personas. Cuando no son interrumpidas por coacciones y problemas. Cuando son de una naturaleza espiritual y no material.
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