No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.
La doctrina de la segunda venida es de las más importantes que hay en la Biblia. La mayoría de las predicciones tocante a Jesucristo en el Antiguo Testamento hacen referencia a su segunda venida. Se dice que la Biblia habla de la segunda venida seis a ocho veces más que menciona la primera.
Pablo refiere a ella por lo menos cincuenta veces en sus epístolas. En los 260 capítulos del Nuevo Testamento, se dice que hay 318 referencias a la segunda venida. Capítulos enteros son dedicados a esta doctrina. La Biblia da mucha importancia a la doctrina de la segunda venida. No debemos guardar ninguna duda tocante a esta doctrina. ¡Cuán importante es que estemos listos!
En muy poco tiempo Jesús estaría en manos de los enemigos y el día siguiente estaría en la cruz, pero aunque El sabía que Judas lo entregaría, que Pedro lo negaría, que los discípulos lo desampararían y que los judíos lo entregarían en manos de los romanos para que lo crucificaran, a pesar de todo esto El no pensaba en sí mismo, sino en sus apóstoles. Sabía que les esperaban pruebas duras y, por eso, les consolaba. La palabra moradas, (Griego=moné), significa primeramente un estarse, es decir, la palabra morada no solamente se refiere a un lugar donde se pueda morar, sino a la comunión con Dios ("haremos morada con él", 14:23); moradas celestiales, 14:2. La imagen que Cristo nos da del cielo aquí es la más preciosa que poseemos. Es nuestro hogar celestial con el Padre y con Jesús.
Cristo ha venido no para mostrarnos el camino, ni solo para abrir el camino, sino para ser el camino. El es el camino a la salvación y al cielo. A esas moradas eternas.
1.Cristo es el camino nuevo y vivo. Hebreos 10:19 dice: Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”, A través de su padecimiento tenemos entrada a la misma presencia de Dios. Por el sacrificio "una vez para siempre" de Cristo, los creyentes pueden acercarse a Dios con confianza y no con temor como en el sistema levítico. Por su muerte propiciatoria, Cristo ha inaugurado un nuevo camino a Dios, acceso que la ley no podía dar (Juan 14:6). El velo del templo que se partió cuando Cristo murió, simbolizó el cuerpo de Cristo cuando murió en la cruz (Mat. 27:51; Mar 15:38; Luc 23:45). Hablando de este mismo tema Pablo dice que Cristo es el camino al padre. ( Efesios 2:18)
2.Cristo es el camino a la salvación. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. Juan 10:9. Jesús está describiendo algo más que existencia biológica. La vida en abundancia, habla de una vida que en su totalidad depende de la provisión y protección del Pastor. Jesús se identifica con el Señor y el Pastor mesiánico (Sal 23:1; 80:1-2; Isa 40:11; Jer 31:10; Ezeq 34:23-24; 37:24). Pero a diferencia de los pastores palestinos que en raras ocasiones darían su vida, el propósito de Jesús fue dar su vida en expiación por los pecados y ofrecer salvación (cp. Mat 20:28; Gál 1:4; 1 Ti 2:6; 1 P 2:24; 1 Juan 2:2).
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