El poder del Amor 1.Corintios 13

Iglesia Roca de Salvación

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Estados Unidos de Norte América

Rev. Samuel M González

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Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

Un día Roberto Burns, el poeta nacional escocés, de paso por una ciudad extrajera, sintiéndose solo, buscó la compañía de sus hermanos en la fe y entró en un templo. Pero siguió sintiéndose solo, ya que nadie le demostraba simpatía alguna. Antes de partir, escribió, en la primera página en blanco de un himnario, el siguiente cuarteto:

Un viento helado sopla en este templo.
Una simpatía más fría me heló.
Un pastor de hielo su palabra ha dado...
¡Ni aunque todo hirviese, volvería yo!

Sin amor nada. Esto es aplicable a la iglesia y los cristianos individualmente. Este capitulo vuelve al pensamiento anterior del capitulo uno, que habla del orgullo, hinchazón, de las entidades vanidosas del mundo, (1 Corintios 1:18-31) Pablo en el capitulo uno describe las características del evangelio y lo que no es evangelio. Pone frente a frente al evangelio y las capacidades intelectuales de la sociedad. El Evangelio no es fuerza intelectual, social, política, las inclinaciones del corazón natural, sus juicios, sus deseos, sus pasiones, eran, no solo diferentes a lo que es el evangelio sino que van en contra de la iglesia. El Evangelio incluyó las cosas que no tenían valor. La sabiduría de Dios, el poder de Dios, utilizó lo que era desdeñado por la sociedad, lo que según el sistema de valores del mundo no valía nada, y esto que era sin valor supero la sabiduría del mundo y el poder de la sociedad. Los “Nada” conquistaron a los que Eran. Eso fué verdad en cuando a la iglesia y en cuanto a los cristianos. La mujer, el niño, el esclavo, ganaron a menudo al amo, la casa y la familia. La persecución de Decio parecía traer las esperanzas, las perspectivas, los números y fuerza de la iglesia a su más bajo nivel. Sin embargo muchos de los que sufrieron en la persecución de Decio, vivieron para ver sentado en el trono imperial, un emperador cristiano. Se puede decir simplemente, que la obra de Dios triunfó, el poder de Dios trajo la victoria, Ahora esta victoria se logró por medio de condiciones y elementos humanos, por medio de la vida cotidiana. En este punto nosotros podemos decir que el secreto de la victoria fué el amor que mostró la iglesia. La fuerza pudo haber desmoronado la fuerza. Pero los que toman la espada, en defensa o para ampliar el Reino de Cristo, perecen también por la espada. Sin embargo la oposición se rompió por el amor. La ola de persecución, encontró la roca del amor, en la cual se estrelló.

Cuando se disipó el poder de los tiranos Decio, Galo y Valeriano, Galieno, amante y caritativo heredó el manejo del mundo, el amor gobernó donde el hiero no lo pudo hacer, donde el hierro solo pudo dirigir por fuerza. El amor fue el secreto de la resistencia y de la conquista. La mansedumbre, la paciencia, el perdón de lesiones; la amabilidad que se demostró, hizo que los mismos perseguidores mostraran compasión (Tertuliano, Apolo. C. 39) Ser leal al gobierno y orar por los emperadores era una muestra de amor, el amor que estaba como algo nuevo en el mundo, en lengua y pensamiento, y también en vida y hechos. Sin esto, para la conquista del mundo de aquel entonces. La iglesia habría sido nada. Es una ley universal en la extensión del reino de Cristo, que si toda la iglesia fuera enriquecida con los dones como los Corintios (1.Corintios I. 4-7). Si el deseo de Moisés se cumpliera y todos profetizaran (Numero 11.29), y hubiera conocimiento, fe de milagros , y no estuvieran confinado solamente a la iglesia , sino que se manifestara a los pobres no solo de la iglesia sino del mundo en general , la iglesia fuera cien veces mas grande. Lo que hace crecer la iglesia son los dones que se desarrollan en amor. Lo que ha pasado es que la iglesia se ha regodeado en su poder, en sus grandes templos y ha olvidado la gran comisión.

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