Dios, Dios mío eres tú;De madrugada te buscaré;Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,En tierra seca y árida donde no hay aguas,
En lo mas profundo del alma del ser humano, hay una sed espiritual, una interrogante continua, referente a su futuro, la eternidad, la razón de vivir, la sed que necesita ser satisfecha en el ser humano debe ser traída a una relación vital, con una persona, porque los credos y las ordenanzas no pueden satisfacerla por si sola , debe ser traída a una persona pero divina no a un mero hombre que vive, trabaja y ama cosas que pasan ,sino a Dios, a la persona divina que es capaz, de responder a nuestras mas profundas aspiraciones personales, uno que no cambia, y que sabe que es lo mejor para nosotros
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