Gracia eficaz Efesios 2:6-10

Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

El plan que Dios ha formado para los hombres en Cristo es de grandes dimensiones, en todas sus formas, en su longitud, en su anchura y altura. Él nos levantó y nos sentó juntos (los gentiles con los judíos) en los lugares celestiales en Cristo Jesús, para mostrar a las edades que están por venir las riquezas de su gracia .Todas las razas del genero humano, y todas las edades que están por venir están incluidas en ese bendito propósito. Todos los pecados del genero humano, no solo los cometidos ya, sino los que están por cometerse, quedan definitivamente expiados. Nadie queda excluido de la operación de Cristo en el calvario. Es una solución ilimitada.

Dios de ante mano, en la eternidad preparo las buenas obras para que nosotros camináramos en ella, “quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio.”(2.Timoteo 1.9 y 10) El camino de la nueva vida en Cristo ha estado en construcción desde el tiempo de la eternidad. Así de grande e ilimitado es la gama del propósito y de la tolerancia dado a nosotros en Cristo Jesús desde antes de las épocas”.

Pero lo qué nos pega mas fuertemente en este pasaje es la exuberancia de la gracia en sí misma. Dos veces el apóstol clama, “por gracia soy salvos”, una vez en el verso 5, en un paréntesis dirigido a los impacientes lectores, donde el apóstol asegura a los creyentes de Efeso, que han sido liberados de su condición temerosa, descrita en los versos 3 al. 5. Y una vez más deliberadamente y con la definición completa él indica el mismo hecho, en el verso 8: “Porque por gracias soy salvos, por la fe; y esto no de vosotros mismos, es el regalo de Dios”. No viene de trabajos, al extremo que ninguno puede jactarse.”

Una canción popular de la década de 1950, que todavía se usa para Navidad, dice que “El hombre vivirá por siempre por causa de la Navidad”, como si la mera ocurrencia y el paso de una fecha fuera la clave para la vida eterna. Es cierto que sin la encarnación no habría salvación, pero la fecha no salva. Todo depende de lo que pasa después: en particular, si hay una respuesta personal al Salvador que nació y si esa respuesta es validada por el compromiso moral de una vida consecuente. De la misma manera no hubo nada especial en la gente del éxodo, aun en los hijos de los etíopes, a menos, que respondieran a la gracia de la salvación divina por sometimiento a la santidad de la obediencia. No son las fechas pasadas las que el Señor mira, sino la validación del pasado por la santidad y el aborrecimiento del pecado en el presente.