Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia;Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.Lávame más y más de mi maldad,Y límpiame de mi pecado.Porque yo reconozco mis rebeliones,Y mi pecado está siempre delante de mí.Contra ti, contra ti solo he pecado,Y he hecho lo malo delante de tus ojos;Para que seas reconocido justo en tu palabra,Y tenido por puro en tu juicio.
El salmo registra la confecion de David cuando peco con Betsabé, la confesión de David es sincera (Salm. Sal 51), en contraste con la de Saúl (1 S 15:10–31). pero aunque el Señor perdonó el pecado a David, aun así le costó la vida de su hijo (2.Samuel 12: 14).Aunque Dios nos perdone, las consecuencias de nuestros errores muchas veces es irremediable.
Grandes privilegios traen consigo responsabilidades aún mayores.Dios eligió David cuando era pastor ovejas.lo elevó al trono, sobre todo Israel. Nadab y Abiú se les dio el privilegio de ver la gloria de Dios, y sin embargo años más tarde con presunción desobedecieron a Dios y murieron (Lv 10.1–5). Es posible acercarse a Dios y con todo alejarse y pecar. Cuando olvidamos los privilegios que Dios nos ha dado y pecamos, es como si traicionaramos su confianza,
El salmo 51 describe los sentimientos de David durante ese difícil período. Se debilitó y se enfermó físicamente; perdió su alegría; perdió su testimonio; perdió su poder. Dios le dio a David mucho tiempo para que arreglara las cosas, pero él persistió en esconder su pecado. Si se hubiera acercado al Señor en sincero arrepentimiento, las cosas tal vez hubieran sido diferentes más adelante. Por último, Dios envió a Natán, no con un mensaje de bendición como en el capítulo 7, sino con uno de convicción. ¡Qué fácil es convencerse de los pecados de otros! Pero Natán sin temor le dijo a David: «¡Tú eres aquel hombre!» Warren W.: Bosquejos Expositivos De La Biblia
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