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Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.
Se han propuesto muchas explicaciones, para dar una razón al fracaso total, de la misión de los espías en Canaán, sea cualquiera la explicación que se pretenda dar, el resultado es el mismo, los espías denigraron el país, dudaron de la promesa dada por Dios. Aterrados por el gigantismo de los habitantes de Canaán, reconocieron las cualidades de la tierra, de la cual efectivamente manaba leche y miel, pero pecaron por falta de confianza en Dios.
No fue delante de la congregación donde ellos presentaron su informe, sino en las tiendas, casa por casa en privado, de esta manera, desmoralizaron a Israel, y le robaron el coraje que debían tener para enfrentar sus enemigos y conquistar la tierra, el resultado es atroz, esta generación está condenada a pasar cuarenta años en el desierto por dudar de Dios. Una información negativa y distorsionada, había arrebatado el triunfo, a los Israelitas. Se impone una pregunta: ¿A quien oye Ud, a Dios o a las circunstancias? ¿En quien confía Ud, en Dios o en las personas negativas? El creyente derrotado siempre dirá: “No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.”.
Hay algo definitivamente atractivo, en las escuelas del nuevo pensamiento, o pensamiento positivo y las sectas de autorrealización. Definitivamente estamos seguros que el pensamiento positivo, no es fe, porque no podemos tener una vida victoriosa, solamente con tratar de ignorar los problemas, sin embargo estamos de acuerdo, que mucho de sus enfoques, pudieran ayudar a ser cristianos victoriosos, a algunos cristianos aburridos y cansados. Los espías observaron la tierra e incluso volvieron con un poco de su maravilloso fruto, pero también trajeron un informe malo y desalentaron el corazón del pueblo. A excepción de Moisés, Caleb y Josué, ¡nadie en la nación creyó que Dios podía cumplir sus promesas! Los diez espías incrédulos ilustran a muchos cristianos de hoy; han «espiado» su herencia en Cristo y hasta han probado algo del fruto de su bendición; pero su incredulidad les impide entrar en ella por fe.
Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.
Se han propuesto muchas explicaciones, para dar una razón al fracaso total, de la misión de los espías en Canaán, sea cualquiera la explicación que se pretenda dar, el resultado es el mismo, los espías denigraron el país, dudaron de la promesa dada por Dios. Aterrados por el gigantismo de los habitantes de Canaán, reconocieron las cualidades de la tierra, de la cual efectivamente manaba leche y miel, pero pecaron por falta de confianza en Dios.
No fue delante de la congregación donde ellos presentaron su informe, sino en las tiendas, casa por casa en privado, de esta manera, desmoralizaron a Israel, y le robaron el coraje que debían tener para enfrentar sus enemigos y conquistar la tierra, el resultado es atroz, esta generación está condenada a pasar cuarenta años en el desierto por dudar de Dios. Una información negativa y distorsionada, había arrebatado el triunfo, a los Israelitas. Se impone una pregunta: ¿A quien oye Ud, a Dios o a las circunstancias? ¿En quien confía Ud, en Dios o en las personas negativas? El creyente derrotado siempre dirá: “No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.”.
Hay algo definitivamente atractivo, en las escuelas del nuevo pensamiento, o pensamiento positivo y las sectas de autorrealización. Definitivamente estamos seguros que el pensamiento positivo, no es fe, porque no podemos tener una vida victoriosa, solamente con tratar de ignorar los problemas, sin embargo estamos de acuerdo, que mucho de sus enfoques, pudieran ayudar a ser cristianos victoriosos, a algunos cristianos aburridos y cansados. Los espías observaron la tierra e incluso volvieron con un poco de su maravilloso fruto, pero también trajeron un informe malo y desalentaron el corazón del pueblo. A excepción de Moisés, Caleb y Josué, ¡nadie en la nación creyó que Dios podía cumplir sus promesas! Los diez espías incrédulos ilustran a muchos cristianos de hoy; han «espiado» su herencia en Cristo y hasta han probado algo del fruto de su bendición; pero su incredulidad les impide entrar en ella por fe.
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