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Isaías 6:8
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí
La llamada de Dios no es para unos pocos en especial, es para cada uno. El poder oír la voz de Dios depende del estado de nuestro oído, lo que oigo depende de mi disposición " ¿Quién irá por nosotros?” No es una cuestión de Dios que selecciona un hombre y le dice:”Ahora Ud va a ir”, Dios no puso una obligación en Isaías; Isaías estaba en la presencia de Dios y él oyó por casualidad la llamada, y decidió que no había nada mejor para él sino decir, en su libertad consciente, " Aquí estoy, envíame a mi." Saque de su mente la idea de esperar que Dios venga con obligaciones. Cuando nuestro señor llamo sus discípulos no fue con ninguna obligación, ni coacción.
“Edward M. Bounds en su excelente libro:”Power Through Prayer”, comenta: “Estamos constantemente en stress, o en tensión, por idear nuevos métodos, nuevos planes, nuevas organizaciones para avanzar y hacer crecer la iglesia y asegurar la ampliación y la eficacia del evangelio. Esta tendencia del día, tiende a perder de vista al hombre o a perder al hombre dentro del plan o la organización. El plan de Dios es hacer mucho mas del hombre y por medio del hombre, mucho más que de todo lo demás, Los hombres son el método de Dios, Dios está buscando a mejores hombres. Nosotros buscamos métodos, Dios busca hombres”. Cuando Pablo apela al carácter personal de los hombres que arraigaron el evangelio en el mundo, él soluciona el misterio de su éxito, enseñado: “La gloria y la eficacia del evangelio se basa en los hombres que lo proclaman”. Cuando Dios declara " Los ojos del señor, recorren toda la tierra, para mostrar su favor a los de corazón perfecto”, está declarando la necesidad de hombres y su dependencia en ellos, como el canal por medio del cual el ejerce su poder en el mundo. Esta verdad vital, es urgente que en esta edad de la maquinaria no se olvide. El olvido de él es tan letal en el trabajo que hacemos para Dios, como el calor del sol sobre la tierra. La oscuridad, la confusión, y la muerte sobrevendrían, sin el astro rey. “Dios esta buscando hombres”.
Lo qué la iglesia necesita hoy, no es más maquinaria, o mejor o nuevas organizaciones o métodos nuevos, sino hombres que el espíritu santo puede utilizar -- hombres de oración, hombres poderosos en oración. El espíritu santo no fluye a través de métodos, sino a través de hombres. Él no viene en la maquinaria, sino en los hombres. Él no unge los planes, sino a hombres.
Isaías 6:8
Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí
La llamada de Dios no es para unos pocos en especial, es para cada uno. El poder oír la voz de Dios depende del estado de nuestro oído, lo que oigo depende de mi disposición " ¿Quién irá por nosotros?” No es una cuestión de Dios que selecciona un hombre y le dice:”Ahora Ud va a ir”, Dios no puso una obligación en Isaías; Isaías estaba en la presencia de Dios y él oyó por casualidad la llamada, y decidió que no había nada mejor para él sino decir, en su libertad consciente, " Aquí estoy, envíame a mi." Saque de su mente la idea de esperar que Dios venga con obligaciones. Cuando nuestro señor llamo sus discípulos no fue con ninguna obligación, ni coacción.
“Edward M. Bounds en su excelente libro:”Power Through Prayer”, comenta: “Estamos constantemente en stress, o en tensión, por idear nuevos métodos, nuevos planes, nuevas organizaciones para avanzar y hacer crecer la iglesia y asegurar la ampliación y la eficacia del evangelio. Esta tendencia del día, tiende a perder de vista al hombre o a perder al hombre dentro del plan o la organización. El plan de Dios es hacer mucho mas del hombre y por medio del hombre, mucho más que de todo lo demás, Los hombres son el método de Dios, Dios está buscando a mejores hombres. Nosotros buscamos métodos, Dios busca hombres”. Cuando Pablo apela al carácter personal de los hombres que arraigaron el evangelio en el mundo, él soluciona el misterio de su éxito, enseñado: “La gloria y la eficacia del evangelio se basa en los hombres que lo proclaman”. Cuando Dios declara " Los ojos del señor, recorren toda la tierra, para mostrar su favor a los de corazón perfecto”, está declarando la necesidad de hombres y su dependencia en ellos, como el canal por medio del cual el ejerce su poder en el mundo. Esta verdad vital, es urgente que en esta edad de la maquinaria no se olvide. El olvido de él es tan letal en el trabajo que hacemos para Dios, como el calor del sol sobre la tierra. La oscuridad, la confusión, y la muerte sobrevendrían, sin el astro rey. “Dios esta buscando hombres”.
Lo qué la iglesia necesita hoy, no es más maquinaria, o mejor o nuevas organizaciones o métodos nuevos, sino hombres que el espíritu santo puede utilizar -- hombres de oración, hombres poderosos en oración. El espíritu santo no fluye a través de métodos, sino a través de hombres. Él no viene en la maquinaria, sino en los hombres. Él no unge los planes, sino a hombres.
EL Rev: Isaac Benavides nos manda el siguiente mensaje
SOMOS MÁS QUE VENCEDORES
Ro. 8.37
John Wesley fue un gran evangelista en extremo bueno. No sólo tenía éxito en despertar a los pecadores, llamándolos al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo, sino también tenía éxito en conservar los resultados de su ministerio. Hubo otros evangelistas contemporáneos a Wesley que también tuvieron éxito—uno quizás más aun que Wesley—pero su ministerio no resulto duradero.
Creo que el éxito de Wesley yacía en su hábito de establecer reuniones en grupos pequeños (Nosotros les llamamos células) Sus convertidos se reunían en grupos de alrededor de una docena. Si el grupo se agrandaba demasiado, se dividía y volvía a dividir una y otra vez. Como resultado, estas reuniones-clase no sólo nacieron sino que continuaron por muchos años a través de Inglaterra, Escocia e Irlanda.
Para llegar a ser miembro de tal reunión-clase, la persona tenía que ser santificada o estar buscando la santificación de todo corazón. Estas reuniones tenían algunas reglas muy estrictas a las cuales debían ajustarse sus miembros. Una de ellas se refería a la asistencia regular, otra a estar dispuesto a recibir corrección, etc.
El objetivo principal de las reuniones era sin embargo, reunirse para recibir enseñanza, para compartir y para ayudarse mutuamente. Se estimulaba a los miembros a confesar sus pecados, sus fracasos y aun sus tentaciones. Esto tenía un solo propósito-que pudieran ser vencedores, libres del poder del pecado, viviendo por el poder del Espíritu vidas cristianas victoriosas y fructíferas. Fue un movimiento formidable y preservó los resultados de las grandes reuniones evangelísticas de Wesley.
Hoy en día también ponemos énfasis en reuniones de grupos pequeños, pero en muchos de esos grupos el propósito no es el mismo que el de las clases de Wesley, que tuvieron un éxito tan tremendo. Una de las razones por las cuales esas reuniones en grupos pequeños que se celebran actualmente son tan populares. Es que la gente comparte sus problemas, sus fracasos y quizás aun sus tentaciones. Pero muchos son los que no persisten en encontrar la respuesta por el camino de la victoria y la santidad. Más bien, hallan consuelo simplemente al descubrir que otros tienen también los mismos problemas. Al escuchar de muchos de los líderes cristianos (aquellos que son considerado más maduros) que ellos tampoco han logrado victoria sobre sus problemas, la gente se consuela. Entonces piensan que si los líderes no tienen victoria, ellos tampoco deberían esperarla. Por lo tanto, en lugar de ver una verdadera respuesta a sus problemas, que resulte en la victoria y la santidad, se conforman con la aceptación de que la victoria no es necesaria. Cada miembro piensa: “Estoy bastante bien”, en lugar de continuar buscando al Señor con todo su corazón para alcanzar la santidad y victoria. Esta manera de pensar confirma la idea de que la vida cristiana es una verdadera lucha contra el pecado y Satanás. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Ef. 6: 12.
El mensaje de la Cruz.
Pastor Isaac Benavides M.
Santiago Chile 23/10/08
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