Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos
La esperanza es la virtud que nos permite vivir abiertos al plan de Dios y activos para adaptarnos a su voluntad, y reflejar en nosotros la vida de Dios
Cuando nos desesperanzamos, inmediatamente nos cerramos al plan de Dios, porque la esperanza es inseparable de la fe. Entonces perdemos la actitud expectante, desaparece en nosotros la confianza necesaria para adaptarnos al plan de Dios.
¿De donde procede la esperanza del cristiano? ¿Quién es el que nos da esperanza? Dios es el que nos imparte la esperanza según sus misericordias, sin este amor de Dios, tenemos temor de él y hacemos esfuerzos por edificar nuestra vida cristiana, pero en una fundación equivocada, sobre el deber y no sobre el amor y la gracia, lo que constituye una esperanza muerta, y termina en la decepción propia y la desesperación. El Dios vivo, a través de la resurrección de su hijo, nos da la base para la esperanza viva, la evidencia de la resurrección de Cristo, es la prueba segura, de que la expiación de cristo por nuestros pecados fue aceptada por Dios, y que solo en el podemos esperar.
Esta esperanza viva, es vital por su influencia sobre nuestro carácter y es de vital importancia en nuestra relación con la cristiandad, la combinación de la esperanza cristiana con la fe y el amor, producen todos los frutos del Espíritu,
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