ACTUALISMO TEOLOGICO Juan 17:21

Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.

La iglesia de Dios en la tierra, esta pasando por un momento, critico, como nunca antes, pudiéramos llamarlo “modernismo” “actualismo”. El termino modernismo, fue inventado por los censores eclesiásticos católico romanos, que favorecían el integrismo, ellos querían dejar ver, que lo moderno era lo malo, que los innovadores modernistas eran un daño para la iglesia, todos los que deseaban la reforma de la iglesia y de sus doctrinas a fin de adaptarlas a los cambios sociales, culturales y políticos eran malos. Aunque es un extremismo, porque lo moderno “puede ser bueno”, no podemos dejar de ver que el modernismo teológico y exegético, que se ha separado de la corriente histórica de interpretación, ha dado a luz una cada vez mas creciente, ola de ideas extrañas, que se han introducido en la iglesia como caballo de Troya.
Paralelo a este movimiento de modernismo, se desarrolla otro de actualización. No me refiero al actualismo geológico, de Constant y Lyelle, ni a la fenomenologia de David Hume, sino al intento de dos o tres “teólogos”, que sobre la base de dos o tres porciones bíblicas, sacadas de su contexto estructural, quieren hacer coincidir las divisiones de la psicología moderna con la Biblia , o con creencias teosóficas, y metafísicas.
Ante esta realidad, nos preguntamos, si queda espacio para la unidad, El interés de Cristo era una iglesia unida. La unidad entre el Padre y el Hijo debe ser el patrón de unidad entre sus seguidores. El evangelio gana o pierde credibilidad ante los ojos del mundo según la medida en que los que lo proclaman vivan y demuestren el amor que ellos predican. El evangelio llama a una fe en Jesucristo como la revelación de Dios a la humanidad. Esta fe es una característica notable en aquellos que le siguen. La gran impresión (dice el comentario Jamieson, Fausset, and Brown) sobre el mundo en general, de que la misión de Cristo es divina, ha de ser hecha por la unidad de sus discípulos. Entonces, tiene que ser algo que sea visible o perceptible al mundo. ¿Qué es, entonces? No será ciertamente una unidad superficial, mecánica de maquinaria eclesiástica. Porque así como aquélla puede existir y hasta cierto punto existe entre las iglesias occidentales y orientales, con poco del Espíritu de Cristo, sí, con mucho de lo cual el Espíritu de Cristo no puede morar, y así en vez de convencer al mundo más allá de su círculo, de la divinidad del evangelio, esa clase de unión engendra la incredulidad dentro de su propio seno. La unidad de la iglesia, esta basada en la obra interna del ES. El Doctor Darío Silva comenta: “si la iglesia quiere integrarse debe ser: Clásica en su raíz, es decir provenir del tronco de los apóstoles y la iglesia primitiva. Debe ser Contemporánea en su acción, no puede desconocer su propia circunstancia, pues desconocerá las necesidades de la gente, y en tercer lugar debe ser. Vanguardista en su visión”