1 REYES 19:20
Entonces él dejó los bueyes, fue corriendo tras Elías y dijo: — Permíteme besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Elías le dijo: — Ve y vuelve; pues, ¿qué te he hecho yo?
Entonces él dejó los bueyes, fue corriendo tras Elías y dijo: — Permíteme besar a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré. Elías le dijo: — Ve y vuelve; pues, ¿qué te he hecho yo?
(Pronunciación hebrea)
Waya`ªzob 'et habaaqaar wayaaraats 'achªreey 'Eeliyaahuw Wayo'mer 'Eshqaah naa' lª'aabiy uwl'imiy wª'eelªkaah 'achªreykaa Wayo'mer low leek shuwb Kiy meh` aasiytiy laak
Uno de los personajes más conocidos y respetados de la historia eclesiástica es sin duda Agustín, su influencia ha sido permanente en la iglesia. Lo que no saben muchos es que su madre “Mónica”, tuvo una influencia decisiva en su formación cristiana, porque Agustín de joven, era rebelde y alejado del señor. Tanto eran los sufrimiento de Mónica por su hijo, que el obispo de África le dice; “No se puede perder hijo de tantas lágrimas” y Dice Agustín. “Sus lágrimas dieron su fruto”. Cuando tenía 56 años y Agustín 33 tuvo el inmenso consuelo de verle cristiano y en camino de santidad. No se había equivocado. Si hubiera más madres que lloraran a sus hijos muertos como la viuda de Naím, enterrarían a menos hijos resucitados por las lágrimas.
Hay una acción en el texto del encabezamiento que pasa casi imperceptible para todo el mundo, pues tanto predicadores como creyentes, se centran en otros aspectos más espectaculares del pasaje. Es el hecho que Eliseo le pide permiso a Elías para despedirse de su madre, antes de dedicarse de lleno al llamado. ¡Cuantos hijos salen peleados de los hogares! ¡Cuantos ministros aludiendo al llamado de Dios, y a lo ocupado de su tiempo, olvidan sus familias! Eliseo estaba recibiendo un llamado de Dios, pero no olvido algo elemental, su madre. El llamado de Dios demanda una respuesta absoluta e inmediata, es también verdad que el llamado de Dios incluye mucha preocupación y pensamientos de ansiedad. Pero eso no es una escusa para olvidar los deberes de respeto y dignidad que se deben a los parientes. Al echarle la capa por encima Elías estaba significando que lo tomaba bajo su cuidado, que él sería su seguidor, vestiría el mismo estilo de ropa, y tendría el mismo oficio profético. Como Moisés hizo con Josue, Elías estaba haciendo con Eliseo, Eliseo inmediatamente dejó el arado y los bueyes, y le aseguro que le seguiría donde quiera. Una mano invisible toco su corazón y lo inclino a dejar su trabajo y sus propiedades y seguir el ministerio. Solo pidió un momento, no para demorar el llamado ni para abandonarlo sino para cumplir sus deberes de hijo. Cuando Cristo dijo: “El que ama a padre o madre mas que a mi no es digno de mi”. No estaba diciendo que tenemos que renunciar a ellos, como algunos pretenden ensenar, sino que estaba diciendo que las bases del discipulado eran de tal genio y disposición, que todo sufrimiento puede parecer al seguidor de Cristo, fácil y ligero. Cristo estaba diciendo que el verdadero discípulo está siempre dispuesto al sacrificio. Los hombres no vacilan en enfrentar esas dificultades que son parte necesaria de su profesión, y que sabían que existirían cuando emprendieron esa profesión; se someten alegremente a los apuros y fatiga, o niegan los privilegios y las ventajas de su profesión. En la profesión cristiana, son catalogados como indignos todos los que ponen sus intereses y valores por sobre los intereses de Cristo.
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