miércoles, 21 de enero de 2009

Fe viva hechos 7:5.6



HECHOS 7:5,6

Y no le dio herencia en ella, ni aun para asentar un pie; pero le prometió que se la daría en posesión, y a su descendencia después de él, cuando él aún no tenía hijo. Y le dijo Dios así: Que su descendencia sería extranjera en tierra ajena, y que los reducirían a servidumbre y los maltratarían, por cuatrocientos años.

Con razón se le dice a Abraham el padre de la fe, repetidas veces Dios le dice a Abraham que le daría a él y a sus descendientes, la tierra de Canaan, como posesión perpetua, pero Abraham no fué dueño permanentemente de ninguna parte de la tierra de Canaan, excepto, la cueva de Macpela, la cual él compró para enterrar a Sara, (Gen 23), propiedad que todavía los judíos, por ser descendientes de Abraham, quien la compró, retienen el derecho. Excepto este terreno, Abraham no fué dueño de ninguna parte de Canaan. Dios le prometió que su simiente, Isaac, no Ismael (Génesis 17:19), sería su heredero cuando aun no tenían hijos. Porque si todo este plan de Dios se iba a cumplir, necesitaban tener un hijo propio de la pareja, porque Sara estaba incluida en el pacto, ella es la matriarca de Israel.
No obstante la promesa de Dios de dar la tierra a los descendiente de Abraham, por cuatro siglos tuvieron que esperar y vivir en una tierra extraña, y por encima de todo eso, como esclavos. Este tiempo se denomina: “Dispensación de la promesa” .La duración de la dispensación de la promesa fué de 430 años, desde Abraham hasta Moisés el libertador (Éxodo 12:40: Galatas 3:14-17).Los cuatrocientos años, de Génesis 15:13 y Hechos 7:6, son contados desde la confirmación de Isaac como el descendiente de la promesa, cuando Ismael fue echado (Génesis 21:12), esto sucedió cinco años después del nacimiento de Isaac. Los pasos lentos con que avanzaba hacia su cumplimiento la promesa hecha a Abraham muestran claramente que tenía un significado espiritual y que la tierra aludida era la celestial. Dios predice que después de cuatrocientos años, ellos vendrían y le servirían en este lugar, ellos debían experimentar mucha dificultad y pruebas antes de entrar en posesión de la promesa, serian sometidos a esclavitud y enfermedad en una tierra extraña y esto no como castigo de cualquier pecado, como cuando vagaron por el desierto cuarenta años. Sino porque Dios lo habia designado de ese modo, cuatrocientos años a partir del nacimiento de Isaac. Las jornadas de los patriarcas hacia la tierra de Canaan son tipos de las jornadas del cristiano a la Canaan celestial. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa; porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios. , Heb. 11:9, 10.



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