El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
El apóstol Juan presenta el problema de la incredulidad como la dificultad básica en la raza humana. Los humanos aceptan el testimonio de los hombres, sin embargo no aceptan el testimonio de Dios. La incredulidad en todas sus formas es una afrenta directa a la veracidad divina, y esa es la razón por la cual constituye un pecado tremendo. La verdadera falta de Israel fué pensar que Dios no era capaz de cumplir su palabra. La fe es en esencia la certeza de que Dios cumplirá lo que ha prometido. La fe es la causa de la victoria, el medio, el instrumento, la armadura espiritual por la cual vencemos. En fe y por fe nos aferramos de Cristo, despreciamos el mundo y nos oponemos a él. La fe santifica el corazón y lo purifica de las concupiscencias sensuales por las cuales el mundo obtiene ventaja y dominio de las almas
¡Cuán confundidas estaban las multitudes respecto a Cristo! Le tenían en alta estima, lo catalogaban entre los grandes profetas, pero les faltaba la percepción para verle como el Hijo del Dios viviente. Hasta le comparaban con Juan el Bautista y sin embargo los dos fueron diferentes en sus ministerios.
Tenga presente que la salvación no es un conjunto fijo de reglas; es vida: “De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”, “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.Esta vida es una persona: Jesucristo. Cuando los pecadores muertos oyen la voz del Hijo de Dios (la Palabra) y creen, reciben vida eterna. Rechazar la Palabra y el testimonio interno del Espíritu Santo, es quedarse muerto para siempre. Ahora la fe cristiana no es un salto al vacío, Dios nos ha dado tres testimonios (El Espíritu, El agua y La sangre), ese testimonio no es solamente externo, sino también interno, lo que para otros es solamente externo (agua y sangre), para el cristiano es algo experimental, por medio de su Espíritu Santo: “Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado 1 Juan 3:24. La fe que vence al mundo primeramente es una fe centrada y aferrada a Cristo, cualquier otro tipo de fe, no vale nada, La fe cristiana es la firme creencia de que Jesús es el hijo de Dios y el salvador del mundo, esa fe es la que nos hace victoriosos, Y este Jesús es una persona histórica debidamente comprobada, pues vino por agua (su bautismo) y por sangre (su cruz).lo cual marcó la carrera terrestre de Jesús. En su bautismo, la trinidad descendió y dió testimonio de él, en su muerte, Dios dió testimonio a través de terremotos y resurrección de muertos
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