2. Corintios 12:15
Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado menos.
Pablo había fundado la iglesia en Corinto en su primera visita (Hechos 18.1). Luego hizo una segunda visita (2.Corintios 2:1). Estaba planeando lo que sería su tercera visita. Pablo les vuelve a aclarar que no quería salario, alimentación o casa, sólo deseaba que los creyentes fueran alimentados con el alimento espiritual que les daría. A veces pareciera que mientras más amor damos a los hombres, menos somos amados por ellos. Pero Pablo no cesó de amar a los corintios, aun cuando ellos no le devolvieron su afecto. Pablo no estaba meramente revelando sus sentimientos, sino defendiendo su autoridad como apóstol de Jesucristo. Estaba herido porque la iglesia en Corinto dudó de él y lo cuestionó; pero se defendía por causa del evangelio, no para satisfacer su ego.
El amor natural espera alguna recompensa, pero Pablo dice:”no me preocupa si me aman o no, yo estoy dispuesto a negarme a mi mismo y renunciar a lo que me pertenece, no solamente para ganarme sus afectos, sino para ganarlos para Dios. Para Pablo la idea de ministerio y servicio estaba completamente ligada a la de Cristo, por eso dice en 2 Corintios 8:9: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. Ese es el meollo del ministerio. No existen ministerios para lucrar, para hacerse famosos. Personalmente me asombro al escuchar a los predicadores de los Estados Unidos y de Latinoamérica predicar el evangelio de la prosperidad, haciéndose ricos a costa de los “sembradores”, que con el cuento de la semilla, se quedan más pobres y más endeudados que nunca. Pablo no se preocupaba de la extravagancia, y la falta de límites con las que gastaba su salud, y su dinero en la causa de Cristo, él pensaba que estaba siguiendo el ejemplo ideal, el ejemplo de Cristo. No estamos negando con esto la responsabilidad que tiene la iglesia de mantener los ministerios, estamos hablando de un extremismo ajeno a la verdadera naturaleza del ministerio y del llamado, y que amenaza con desvirtuar ante el mundo, la santa imagen de un ministro de Dios.
La idea histórico- eclesiástica de siervos de Dios no es de Jesucristo. Su idea es que lo sirvamos siendo los siervos de otros hombres. Jesucristo dijo que en su reino el más grande será el criado de todos. La prueba de santidad verdadera no es predicar el evangelio, Los más santos no son necesariamente los doctores, ni los grandes exponentes del evangelio, lo cual sin lugar a dudas es importante, La verdadera santidad se pone a prueba lavándole los pies a los discípulos, haciendo las cosas que no cuentan en la estimación real de los hombres sino ante Dios. A Pablo le encantaba gastar su tiempo en los intereses del pueblo de Dios, y no catimaba el costo. Cosas como ¿Qué salario voy a tener? , no cabían en su visión de ministerio. Recientemente a un tele evangelista le preguntaron, porque usaba carros tan caros, a lo que el contesto, ¿Quieres que me monte en un Toyota? Esos comentarios no pasaban ni por la mente de Cristo ni por la de Pablo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario