martes, 17 de marzo de 2009

La iglesia y su codigo de ética 1.Timoteo 3:15




Si me retraso, sepas cómo hay que portarse en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y fundamento de la verdad.(Nueva Versión Internacional)

Habitualmente ha habido mucha confusión entre los creyentes, con referencia a la palabra “iglesia”. El término aparece ciento catorce veces en el Nuevo Testamento. En tres casos no se hace ninguna referencia clara a la iglesia. Ochenta y cinco veces la idea de comunidad local es positivamente cierta. En veintiséis casos la palabra admite varias interpretaciones. El hecho de que el significado del término sea tan variado de texto a texto, ha confundido a la comunidad de creyentes. Pudiera dividirse esta confusión en dos grupos o errores:

(1)Los que entienden la palabra Iglesia como edificio: nuestra gente va a la iglesia y sale de la iglesia, algunas personas dicen que los creyentes no son la iglesia.

(2)Los que entienden la palabra iglesia como denominación: a las denominaciones se les asigna el título de iglesia en sentido genérico; es decir, se habla de iglesia presbiteriana, luterana, o católica.

El texto de la introducción nos señala que debemos conducirnos bien en la iglesia que es la casa de Dios. Pero ¿Qué es iglesia? Hasta que no definamos que es iglesia, y cual es su naturaleza, no estamos en capacidad de poder entender cuales son nuestros deberes y conducta en y hacia ella. Porque nuestras obligaciones como cristianos son una proyección de la naturaleza de la iglesia, en otras palabras, el contenido de cada mandamiento, y la forma en que obedecemos, se ajusta a “Lo que es la iglesia”. Algo de historia nos ayudara a aclarar el término.
En los tiempos en que surgió la iglesia y hasta el siglo cuarto en que el cristianismo pasó a ser religión oficial, los creyentes no tenían templos fastuosos y enormes como los que existen actualmente, se reunían en las casas. Quizás esto sea un poco difícil de entender para algunos, pues en la era posmoderna en que vivimos, el éxito de los ministerios se mide por el tamaño y la belleza del templo que se posea y las veces que se haya aparecido ante las cámaras de televisión, en este sentido pensamos en Robert Schullert y su muy elegante catedral de cristal. La realidad es que los discípulos ni se imaginaron nunca predicando en un lugar tan hermoso y acomodado. Mucho menos administrándolo como se administra hoy, estilo empresarial. Pero continuemos con nuestra plática.
En aquellos tiempos la estructura de la iglesia tomaba como referencia el marco familiar. Aun el gobierno estaba moldeado como una familia. Los teóricos políticos concebían la sociedad como una familia en general, y este era el mismo pensamiento de los apóstoles. Los códigos de gobierno de la iglesia eran análogos (similares) a la forma de administración de una familia. Por eso el apóstol dice: “Se dice, y es verdad, que si alguno desea ser obispo, a noble función aspira. Así que el obispo debe ser intachable, esposo de una sola mujer, moderado, sensato, respetable, hospitalario, capaz de enseñar; no debe ser borracho ni pendenciero, ni amigo del dinero, sino amable y apacible. Debe gobernar bien su casa y hacer que sus hijos le obedezcan con el debido respeto; porque el que no sabe gobernar su propia familia, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? (1.Timoteo 3:1-5).
Teniendo eso en mente, ya podemos saber entonces como debe ser la conducta del cristiano en la iglesia. Somos partes de una gran familia, con códigos que respetar. “Mediante esta forma de expresión (dice Calvino) Pablo encarece la importancia y dignidad del oficio; porque los pastores pueden ser considerados como mayordomos a quienes Dios ha encomendado el oficio de gobernar su casa. Si alguna persona tiene la superintendencia de una casa grande, trabaja noche y día con gran solicitud, para que nada ande mal por su descuido, ignorancia u olvido. Si esto se hace tratándose sólo de los hombres ¿cuánto más debería hacerse para con Dios? Matthew Henry explica “La iglesia es la casa de Dios, Él habita ahí. La iglesia sostiene la Escritura y la doctrina de Cristo como una columna sostiene una proclama. Cuando la iglesia deja de ser columna y baluarte de la verdad, podemos y debemos abandonarla, porque nuestra consideración por la verdad debe estar primero y ser muy grande”


LISTA DE LOS COOPERADORES DE LA SEMANA


VICTOR BADILLO MINISTRIES vibali@earthlink.net
Aristides Betancourt Miami
Juan Sanabria España
Pedro Navarro
Isau Orellana. Guatemala
Salvador Magaña Tx
José González. Puerto Rico
Rigoberto Díaz . Rochelle
Eduardo Spitzer
Rev. Dagoberto Jane


ESPERAMOS CON GOZO SU CORRESPONDENCIA,

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